Las pinturas y barnices sobre madera representan una dificultad adicional para su polimerización. A diferencia de los metales, los vidrios o los plásticos, que pueden tener características más o menos adaptadas a un tratamiento térmico, la madera tiene la propiedad adicional de estar «viva». El sustrato y el producto pueden interferir de forma irregular y causar problemas durante el procesamiento. Por ello, los túneles de infrarrojos para la industria de la madera deben ser flexibles en su uso, corresponder a la longitud de onda esperada por el sistema sustrato+producto y que se puedan repetir más adelante y durante las fases transitorias.